Lección Nº7 "Reposados en Sión"


A-1 (domingo)
Jer. 22:21 "Te he hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No oiré. Este fué tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz."

Que cada uno, por amor de Cristo y por el bien de su propia alma, deseche la conformidad con el mundo, con sus costumbres, vanidades y modas. Cuidado con los mandamientos humanos que oscurecen los santos mandamientos de Dios! El amador de los placeres siempre está insatisfecho, y desea continuamente volver a la excitación del salón de baile, el teatro y las fiestas. El tiempo que Dios nos ha dado para prepararnos para la eternidad es empleado por miles de personas en leer novelas. Así se pervierte el intelecto dado por Dios, se descuida la Palabra de Dios, se privan a la mente y al alma del poder moral necesario para luchar contra las faltas y los errores, los hábitos y las prácticas, que descalifican al alma para disfrutar de la presencia de Cristo aquí o en la vida inmortal futura.

Preguntémonos seriamente y con intenso interés: "¿Cómo está mi alma? ¿Estoy trabajando contra mi Redentor mediante mis hábitos y prácticas?" Preguntaos: "¿Glorifico a Cristo? ¿Le muestro a una generación torcida y desobediente que prefiero sufrir reproches por amor a Jesús? "... ¿Apuntarán alto los profesos seguidores de Cristo y alcanzarán la norma de la santidad? Es mejor ser mundano que cristiano profeso común y vulgar. Atreveos a salir del mundo y a ser diferentes. Atreveos a ser singulares, porque amáis a Jesús más que al mundo, y la justicia con persecución más que la desobediencia con prosperidad mundana. La santa y completa obediencia mediante la dependencia del Señor Jesús fortalecerá al alma para que permanezca firme en la fe y la esperanza del Evangelio. (AFC -8 nov- carta 82-1895 –EGW)

Se me ha presentado un horrible cuadro de la condición del mundo. La inmoralidad cunde por doquiera. La disolución es el pecado característico de esta era. Nunca alzó el vicio su deforme cabeza con tanta osadía como ahora. . . La iniquidad prevaleciente no es del dominio exclusivo del incrédulo y el burlador. Ojalá fuese tal el caso; pero no sucede así. Muchos hombres y mujeres que profesan la religión de Cristo son culpables. Aun los que profesan esperar su aparición no están más preparados para ese suceso que Satanás mismo. No se están limpiando de toda contaminación. Han servido durante tanto tiempo a su concupiscencia, que sus pensamientos son, por naturaleza, impuros, y sus imaginaciones, corruptas. Es tan Imposible lograr que sus mentes se espacien en cosas puras y santas como lo sería desviar el curso del Niágara y hacer que sus aguas remontasen las cataratas. . . Cada cristiano tendrá que aprender a refrenar sus pasiones y a guiarse por los buenos principios. . . (El Hogar Cristiano, p. 297-EGW)

A-2
La justicia por la fe carece de sentido a menos que motive a la consagración sacrificial y al servicio. El mensaje de Jones y Waggoner es eficaz y práctico por cuanto demanda y motiva a una devoción cabal:

"Debemos advertir a la gente del mundo contra este poder [la bestia y su imagen]... y atraerlos fuera de él, hacia Dios. Ahora bien, ¿puedo realizar eso con alguna fuerza, si guardo alguna conexión con el mundo o la mundanalidad? [Congregación: No] Si comparto un espíritu mundano, y una disposición e inclinación mundanas, quiero saber cómo voy a advertir a la gente a separarse enteramente del mundo. ¿Cómo va a haber alguna fuerza en mis palabras para que alguien lo haga?... No importa si usted es un pastor o no, si es un adventista del séptimo día o solo un profeso adventista,... Quiero saber ¿cómo va a hacer válida esa profesión, si está de alguna manera conectado con este mundo en espíritu, mente, pensamiento, deseos o inclinaciones? No amigo; una conexión con el mundo no mayor que el espesor de un cabello le quitará el poder que debe haber en el llamado para advertir a todos contra ese poder malvado mundanal, al efecto de que puedan separarse completamente de él". (Bulletin, p. 123-A.T.Jones)

El mensaje es adecuado a la crisis. Los mensajeros hacen un llamamiento a la plena consagración al Señor, en lenguaje claro y sencillo:

"Es un espléndido cuadro el que describió el hermano Porter hace poco tiempo; que el profeta buscó a los que daban ese mensaje, pero buscó demasiado bajo. El ángel dijo: ‘Mira más arriba’. Gracias a Dios, están por encima del mundo. Es allí a donde pertenecen. Más arriba del mundo, en una fundación que Dios ha establecido para que ellos anden por ella. Y todos aquellos que estén tan abajo que uno tenga que mirar al mundo para verlos, los tales no pueden dar el mensaje del tercer ángel. Debemos estar por encima del mundo. Por lo tanto, librémonos de él, hermanos." (Id.)

Llamados como el siguiente son los que indujeron a un granjero de Plainfield, Wisconsin, a vender su granja y entrar en el trabajo del Señor:

"Hermanos, lo peor que puede pasarle a un adventista con medios es que Dios tenga que pasarle por alto y buscar a algún otro que esté dispuesto a dar lo que se necesite. Un adventista que vive para sí, es el peor hombre en este mundo. Hemos llegado a un punto en el que Dios quiere que empleemos todo cuanto tenemos. Y cuando creemos eso, nuestros medios y nosotros mismos serviremos para su uso. Y su obra pronto será concluida, y entonces no necesitaremos más medios. Esa es la situación actual." ( Id-p.111)

B-1 (lunes)
Lev. 4: 3,13 "... si el sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a Jehová, por su pecado que habrá cometido...
Si toda la congregación de Israel hubiere errado, y el yerro estuviere oculto a los ojos del pueblo... y fueren culpables..."

Agradecemos al Señor de todo corazón porque tenemos una preciosa luz que presentar ante la gente, y nos regocijamos porque tenemos un mensaje para este tiempo que es verdad presente. Las nuevas de que Cristo es nuestra justicia han proporcionado alivio a muchísimas almas, y Dios dice a su pueblo: "Avanzad". El mensaje a la iglesia de Laodicea se aplica a nuestra condición. Cuán claramente se describe la posición de los que creen que tienen toda la verdad, que se enorgullecen de su conocimiento de la Palabra de Dios, al paso que no se ha sentido en su vida el poder santificador de ella. Falta en su corazón el fervor del amor de Dios, pero precisamente ese fervor del amor es lo que hace que el pueblo de Dios sea la luz del mundo.

El Testigo fiel dice de una iglesia fría, sin vida y sin Cristo: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" (Apoc. 3:15, 16). Tomad buena nota de las siguientes palabras: "Porque tú dices: Yo soy rico y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo" (Apoc. 3:17). Aquí se representa a aquellos que se enorgullecen de sí mismos por su posesión de conocimiento y ventajas espirituales. Pero no han respondido a las bendiciones inmerecidas que Dios les ha conferido. Han estado llenos de rebelión, ingratitud y olvido de Dios, y todavía él los ha tratado como un padre amante y perdonador trata a un hijo ingrato y descarriado. Han resistido a su gracia, han abusado de sus privilegios, han menospreciado sus oportunidades y se han conformado con hundirse en la satisfacción, en la lamentable ingratitud, el formalismo vacío y la insinceridad hipócrita. Con orgullo farisaico han alardeado de sí mismos hasta que se ha dicho de ellos: "Tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad".

¿No ha enviado acaso el Señor Jesús mensaje tras mensaje de reproche, de amonestación, de súplica a estos que están satisfechos de sí mismos? ¿No han sido despreciados y rechazados sus consejos? ¿No han sido tratados con menosprecio sus mensajeros delegados, y han sido recibidas sus palabras como fábulas ociosas? Cristo ve lo que no ve el hombre. Ve los pecados que, si no son borrados por el arrepentimiento, agotarán la paciencia de un Dios tolerante. Cristo no puede aceptar los nombres de los que están satisfechos en su suficiencia propia. No puede instar a favor de un pueblo que no siente necesidad de ayuda, que pretende conocer y poseer todo.

El gran Redentor se representa a sí mismo como un comerciante celestial, cargado de riquezas, que llama de casa en casa presentando sus mercaderías incomparables, y diciendo: "Yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Apoc. 3:18-20). Consideremos nuestra condición delante de Dios. Hagamos caso del consejo del Testigo fiel. Ninguno de nosotros esté lleno de prejuicios como estuvieron los judíos, de modo que la luz no entre en nuestro corazón. Que no sea necesario que Cristo diga de nosotros como dijo de ellos: "No queréis venir a mí para que tengáis vida" (Juan 5:40).

En cada reunión, a partir del congreso de la Asociación General[1888],algunas almas han aceptado ávidamente el precioso mensaje de la justificación en Cristo. Agradecemos a Dios porque hay almas que comprenden que necesitan algo que no poseen: el oro de la fe y el amor, el manto blanco de la justicia de Cristo, el colirio del discernimiento espiritual. Si poseéis esos preciosos dones, el templo del alma humana no será como un altar profanado. Hermanos y hermanas, os exhorto en el nombre de Jesucristo de Nazaret a que trabajéis donde trabaja Dios[Lugar Santísimo]. Ahora es el día de la bondadosa oportunidad y privilegio. (R&H 23 julio1889, EGW)

El mensaje presente, la justificación por la fe, es un mensaje de Dios. Lleva las credenciales divinas porque su fruto es para santidad. Tememos que algunos que necesitan grandemente la preciosa verdad que fue presentada ante ellos, no hayan recibido su beneficio. No abrieron la puerta de su corazón a Jesús para darle la bienvenida como a un huésped celestial y han sufrido una gran pérdida. Ciertamente, hay un sendero estrecho por el que debemos caminar; la cruz se presenta en cada paso. Debemos aprender a vivir por fe. Entonces las horas más oscuras serán iluminadas por los benditos rayos del Sol de justicia. (R&H 13 agosto 1889, EGW)

¿Acaso el Mensaje del Testigo Fiel y Verdadero dado a la iglesia de Laodicea, es aplicable únicamente al individuo?, ¿No es eso lo que venimos haciendo durante demasiado tiempo?, ¿Qué tal si lo aplicamos corporativa o denominacionalmente?, los escritos hablan por sí solos. (D.A.)

B-2
¿Llama Jesucristo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día al arrepentimiento? ¿O llama solamente a algunos individuos en la Iglesia?

 Es difícil imaginar un mensaje venido del cielo más conciso y solemne que la orden de Cristo dada al ángel de la iglesia en Laodicea: "Sé pues celoso, y arrepiéntete". ¿A quién dice tal cosa? ¿Qué significa eso de "arrepiéntete"?

No debemos confundir "los ángeles de las siete iglesias" con "las siete iglesias": son cosas distintas. "Los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias". Pero "las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias", en alusión a sus dirigentes. (Apoc. 1:20). Puesto que el mensaje se dirige al ángel de la iglesia de Laodicea, debe tratarse de un llamamiento al arrepentimiento más allá de lo meramente individual o personal.

"Los ministros de Dios están simbolizados por las siete estrellas, las cuales se hallan bajo el cuidado y protección especiales de Aquel que es el primero y el postrero. Las suaves influencias que han de abundar en la iglesia están ligadas con estos ministros de Dios… Las estrellas del cielo están bajo el gobierno de Dios. El las llena de luz. El guía y dirige sus movimientos. Así sucede con sus ministros. No son sino instrumentos en sus manos…" (Obreros evangélicos, p. 13,14)

Ese "ángel" de la iglesia de Laodicea debe incluir a los maestros de Escuela Sabática, profesores de colegios y universidades, ancianos locales, dirigentes de Uniones y Asociaciones, pastores, y desde luego, dirigentes de Asociación General –todos cuantos dirigen la Iglesia.

Por lo tanto, ese cuerpo completo de dirigentes es el centro de especial atención de Jesús en el mensaje a Laodicea. De ninguna manera supone una descortesía hacia los dirigentes humanos de la iglesia, el señalar lo dicho por el Testigo Fiel.

Laodicea es la séptima iglesia de la historia, justamente la última antes de la segunda venida de Cristo. Guarda paralelismo con el triple mensaje angélico de Apocalipsis 14. Ninguna octava iglesia puede sucederla. El mensaje no pueden ser malas nuevas, ya que Laodicea no es un mal nombre. Significa "vindicación del pueblo" (también "juicio del pueblo", o "pueblo del juicio"). Dar oído al llamado al arrepentimiento, redime a Laodicea del fracaso y provee su única esperanza. (R.J.Wieland)

C-1 (martes)
Sal.  78:21, 22 "Por tanto, oyó Jehová, y se indignó; Se encendió el fuego contra Jacob, y el furor subió también contra Israel, por cuanto no habían creído a Dios, ni habian confiado en su salvación."

La única esperanza de los laodicenses consiste en tener una visión más clara de su situación delante de Dios, un conocimiento de la naturaleza de su enfermedad. No son ni fríos ni calientes; ocupan una posición neutral, y al mismo tiempo se lisonjean de que no les falta nada. El Testigo Fiel aborrece esa tibieza. Abomina la indiferencia de esa clase de personas. Dice: "¡Ojalá fueses frío, o caliente!"" (Apoc. 3:15.) Como el agua tibia, le causan náuseas. No son ni despreocupados ni egoístamente tercos. No se empeñan cabal y cordialmente en la obra de Dios, identificándose con sus intereses; sino que se mantienen apartados y están listos para abandonar su puesto cuando lo exigen sus intereses personales y mundanos. Falta en su corazón la obra interna de la gracia. De los tales se dice: "Tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo." (Vers. 17.) (1 JT. p. 477, 478, EGW)

Nunca estamos solos. Tenemos un Compañero, lo elijamos o no. Recordad, jóvenes y señoritas, que dondequiera que estéis, cualquier cosa que hagáis, Dios está allí. Tenéis un testigo para cada palabra y acción: Dios santo, que odia el pecado. Nada que se diga, haga o piense puede escapar de su ojo infinito. (AFC 16 agosto, EGW)

Dios odia todo pecado, y cuando el hombre rehúsa persistentemente todo el consejo del Cielo, se lo abandona a los engaños del enemigo. (SDA Bible Commentary, tomo 2, pág. 1019)

El pecador redimido, ataviado con las vestiduras de la justicia de Cristo, puede estar en la presencia de un Dios que odia el pecado, hecho perfecto por los méritos del Salvador. (Review and Herald, 5 mayo, 1910)

Vi que Dios odia el orgullo y que todos los orgullosos y los quien proceden impíamente serán como rastrojo, y que el día que se acerca los quemará. Vi que el mensaje del tercer ángel tiene que obrar todavía como levadura en muchos corazones que profesan creerlo, y quitar su orgullo, egoísmo, codicia y amor al mundo.

Jesús viene y ¿hallará un pueblo conformado con el mundo? ¿Lo reconocerá él como pueblo suyo que ha purificado para sí? Oh, no. Solamente reconocerá como suyo lo puro y santo. Reconocerá como suyos a los que han sido purificados y emblanquecidos por el sufrimiento, y se han mantenido separados, sin mancha del mundo. (MJ, p.126, EGW)

Ante la cruz, el pecador puede ver su desemejanza de carácter con Cristo. Ve la terrible consecuencia de su transgresión; odia el pecado que ha cometido y se aferra a Jesús con fe viva. Juzga su condición de impureza a la luz de la presencia de Dios y de las inteligencias celestiales. Se mide por la norma de la cruz. Es pesado en la balanza del santuario. La pureza de Cristo le ha revelado su propia impureza en sus detestables colores. Se arrepiente del pecado degradante; mira a Jesús y vive.

En Cristo Jesús, el pecador encuentra un carácter que todo lo absorbe: dominante, atractivo, que murió para librarlo de la deformidad del pecado. Entonces, con labios temblorosos y lágrimas declara: "El no murió en vano por mí". (Carta 102, 1894, EGW)

C-2
En Cristo, nosotros podemos reaccionar ante el pecado y el pecador, como Dios.

La incapacidad de los humanos es primariamente una característica inherente a la criatura. La criatura depende de su Creador; continuamente, a cada instante. De una forma secundaria, es consecuencia del pecado, dado que la creación de Dios, en la esfera de nuestro mundo, es débil por la carne. Eso sigue siendo cierto, incluso después que la mente ha sido renovada. No sólo eso: la mente en la que realmente ha sido hecha la luz, tiene una convicción de dependencia cada vez más profunda. Y la solución divina a la incapacidad ocasionada por el pecado, fue nada menos que unirse a sí mismo con la humanidad incapaz, condenando así al pecado (y no a los pecadores) en la carne. La consecuencia y objeto de un remedio tan maravilloso como ese es la restauración en el hombre de la imagen de Dios, de su justicia, mediante la unión de lo divino con lo humano que tiene lugar cuando la persona pone su confianza enteramente en Dios, y no en sí mismo.

El arrepentimiento que resulta de la identificación con los demás, surge del reconocimiento profundo de la identificación de Cristo con la raza humana caída, y de su arrepentimiento en favor de ella. Siendo transformado por esa revelación, el creyente crece en identidad con Cristo, y con ello crece en identidad con cada uno de los hijos de Él, manifestando el espíritu de Cristo hacia cada uno de ellos. El progresivo odio al pecado, va paralelo con una progresiva simpatía hacia el pecador. Así es la bondad de Dios que guía a arrepentimiento. (Observaciones sobre el Informe del Comité para la Primacía del Evangelio-por Fred Bischoff )

D-1 (miércoles)
2 Cor. 7:10 "...la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación..."

Es obra de Satanás llenar los corazones humanos de duda. Los induce a mirar a Dios como un Juez severo. Los tienta a pecar, y luego a considerarse demasiado viles para acercarse a su Padre celestial o para despertar su compasión. El Señor comprende todo esto. Jesús asegura a sus discípulos la simpatía de Dios hacia ellos en sus necesidades y debilidades. No se exhala un suspiro, no se siente un dolor, ni ningún agravio atormenta el alma, sin que haga también palpitar el corazón del Padre. La Biblia nos muestra a Dios en un lugar alto y santo, no en un estado de inactividad, ni en silencio y soledad, sino rodeado por diez mil veces diez millares y millares de millares de seres santos, todos dispuestos a hacer su voluntad. Por conductos que no podemos discernir está en activa comunicación con cada parte de su dominio. Pero es en el grano de arena de este mundo, en las almas por cuya salvación dio a su Hijo unigénito, donde su interés y el interés de todo el cielo se concentran. Dios se inclina desde su trono para oír el clamor de los oprimidos. A toda oración sincera, él contesta: "Aquí estoy." Levanta al angustiado y pisoteado. En todas nuestras aflicciones, él es afligido. En cada tentación y prueba, el ángel de su presencia está cerca de nosotros para librarnos. Ni siquiera un gorrión cae al suelo sin que lo note el Padre. (DTG p. 323, EGW)

Los que están bajo la influencia de Satanás no disciernen el peligro de demorarse en venir a Cristo, pero cuando sobreviene el sentimiento de culpa, ¡cómo busca refugio en Dios el alma agobiada! Acérquense los pecadores culpables a quien es su Sacrificio expiatorio. Aférrense a El. . . Ningún ser humano puede sanar el alma que ha despreciado al Espíritu de Cristo. Solamente puede obtenerse sanamiento a través del Salvador. (ATO-11 abril, EGW)

Un requisito esencial para recibir e impartir el amor perdonador de Dios es conocer ese amor que nos profesa y creer en él (Juan 4:16). Satanás obra mediante todo engaño a su alcance para que no discernamos ese amor. Nos inducirá a pensar que nuestras faltas y transgresiones han sido tan graves que el Señor no oirá nuestras oraciones y que no nos bendecirá ni nos salvará. No podemos ver en nosotros mismos sino flaqueza, ni cosa alguna que nos recomiende a Dios. Satanás nos dice que todo esfuerzo es inútil y que no podemos remediar nuestros defectos de carácter. Cuando tratemos de acercarnos a Dios, sugerirá el enemigo: De nada vale que ores; ¿acaso no hiciste esa maldad? ¿Acaso no has pecado contra Dios y contra tu propia conciencia? Pero podemos decir al enemigo que "la sangre de Jesucristo. . . nos limpia de todo pecado". Cuando sentimos que hemos pecado y no podemos orar, ése es el momento de orar. Podemos estar avergonzados y profundamente humillados, pero debemos orar y creer. "Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero"(1Jn.1:17-1Tim.1:35). El perdón, la reconciliación con Dios, no nos llegan como recompensa de nuestras obras, ni se otorgan por méritos de hombres pecaminosos, sino que son una dádiva que se nos concede a causa de la justicia inmaculada de Cristo. (DMJ, p. 98, EGW)

No debemos sentirnos tan abrumados por el pensamiento de nuestros pecados y errores que dejemos de orar. Algunos se dan cuenta de su gran debilidad y pecado, y se desaniman. Satanás echa su oscura sombra entre ellos y el Señor Jesús: su sacrificio expiatorio. Ellos dicen: Es inútil que yo ore. Mis oraciones están tan mezcladas con malos pensamientos que el Señor no las oirá.

Estas sugestiones son de Satanás. En su humanidad Cristo enfrentó y resistió esta tentación, y sabe cómo socorrer a los que así son tentados. En nuestro favor ofreció "ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas" (Heb. 5: 7).

Muchos, no advirtiendo que sus dudas vienen de Satanás, se apocan y son derrotados en la lucha. No dejéis de orar porque tengáis malos pensamientos. Si por nuestro propio saber pudiéramos orar rectamente, también podríamos vivir rectamente y no necesitaríamos un sacrificio expiatorio. Pero la imperfección está sobre toda la humanidad. Educad y ejercitad vuestra mente para que podáis con sencillez contarle al Señor lo que necesitáis. Al ofrecer vuestras peticiones a Dios en demanda de perdón por el pecado, una atmósfera más pura y más santa rodeará vuestra alma (Signs of the Times, 18 de noviembre, 1903, ELC, 12 mar. p. 78, EGW)

D-2
Vayamos a la cruz del Calvario: en esas densas tinieblas, mientras colgaba de los clavos de la más profunda perplejidad y desaliento, Jesús hizo una elección: Resolvió creer que su Padre era bueno, incluso aunque todo a su alrededor le gritaba que era injusto. En las más profundas tinieblas, en el más amargo vacío de un corazón quebrantado, construyó un gran puente entre la humanidad enemistada y Dios. Se lo puede llamar expiación o reconciliación, y al que lo construye se le puede llamar Pontífice.

Aunque el Padre " lo haya abandonado", ÉL NO ABANDONARÁ A SU PADRE. En la cruz, vuelve a crear a partir de la nada, tal como hiciera anteriormente con el mundo. Al costo que sea, CREERÁ las buenas nuevas. CREARÁ las buenas nuevas.

No se espera que tú edifiques ese puente. Lo único que necesitas es creer que Él lo edificó, y que es tan fuerte que jamás se hundirá bajo tus pies. (R.J.Wieland)

E-1 (jueves)
Isa. 54:16 "...yo he creado al destruidor para destruir."

Dios es un atento vigilante de las acciones de los hijos de los hombres. Nada ocurre en el cielo o en la tierra sin el conocimiento del Creador. Nada puede suceder sin su permiso...

Dios es muy paciente ante la rebelión y apostasía de sus súbditos. Incluso cuando se desprecia su misericordia y se desdeña y ridiculiza su amor, es paciente para con los hombres hasta que se agota el último recurso para llevarlos al arrepentimiento. Pero su paciencia tiene límites. Retira su cuidado protector de aquellos que continúan en obstinada rebelión hasta el final. La Providencia ya no los escudará más del poder de Satanás. Habrán pecado más allá de su día de gracia.

Dios lleva una cuenta con las naciones. No cae en tierra un pajarillo sin que él lo note. Aquellos que obran mal hacia sus semejantes, diciendo: ‘¿Acaso Dios va a saberlo?’ serán un día convocados para enfrentarse a una venganza por mucho tiempo demorada. En esta época se exhibe un inusual desprecio hacia Dios. Los hombres han alcanzado un punto en su insolencia y desobediencia que muestra que su copa de iniquidad está casi llena. Muchos pueden haber casi sobrepasado los límites de la misericordia. Pronto mostrará Dios que él es en verdad el Dios viviente. Dirá a los ángeles, "No combatáis ya más contra Satanás en sus esfuerzos por destruir. Permitidle que efectúe su maligna obra sobre los hijos de desobediencia, pues está llena la copa de su iniquidad. Han avanzado paso tras paso en la maldad, añadiendo cada día a su desobediencia. Ya no interferiré más para impedir que el destructor haga su obra.

Ese tiempo está ahora ante nosotros. El Espíritu de Dios está siendo retirado de la tierra. Cuando el ángel de la misericordia pliegue sus alas y se vaya, Satanás llevará a cabo los hechos malvados que por tanto tiempo ha deseado realizar. Tempestad y tormenta, guerra y derramamiento de sangre: se deleita en esos hechos y reúne así su cosecha...

Los hombres se han exaltado a sí mismos con orgullo y autosuficiencia, abatiendo al necesitado y oprimiendo al asalariado en sus cargas. En su contra se anotó el registro: codicia, orgullo e indulgencia del yo. Exhiben menosprecio por las leyes que gobiernan el reino de Dios. Dios ha sido muy longánimo con ellos; pero en respuesta a su increíble paciencia, los hombres se están aproximando a ese grado de iniquidad al que llegaron los antediluvianos, pereciendo en las aguas del diluvio; y al que llegaron los habitantes de Sodoma, destruidos por el fuego del cielo. (R&H 17 sept. 1901, EGW)

E-2
Satanás acusa ahora a Dios de injusticia e indiferencia, incluso de crueldad. Miles de personas han dado eco a la acusación. Pero el juicio declarará la justicia de Dios. Su carácter, tanto como el del hombre, está en tela de juicio. En el juicio, todo acto –de Dios y de los hombres– realizado desde la creación, será visto de todos en su auténtico significado. Y cuando todo se vea en esa perfecta luz, Dios será absuelto de toda acusación, incluso por sus enemigos. (Waggoner, Signs of the Times, 9 enero 1896).

Imagina que eres un pasajero (o tripulante) del TITANIC en aquel siniestro viaje. De hecho, lo eres: (1) Este mundo es un barco, y (2) se está hundiendo. Pero eso no equivale necesariamente a malas noticias: HAY un bote salvavidas. Estas palabras tienen la más absoluta realidad: "Como en los días de Noé, así también será en el día en que regrese el Hijo del hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento [a la vez, o secuencialmente: una vez tras otra]... hasta el día en que Noé entró en el arca; y vino el diluvio..." (Luc. 17:26 y 27). "En los últimos días vendrán tiempos peligrosos. Habrá hombres amantes de sí mismos... amantes de los placeres más que de Dios, tendrán apariencia de piedad, pero negarán su eficacia" (2 Tim. 3:1-5).

No conocemos el impacto que tuvo la predicación de Noé en sus contemporáneos justamente antes del diluvio, pero sabemos que continuaron su desenfrenada carrera en pos del placer temporal "hasta EL DÍA en que..."

Podemos estar gozando de la mayor paz y prosperidad aparentes que este mundo haya conocido ¡desde los días de Noé!, pero como sucedió a la antigua Roma, la filosofía del circo y la abundancia puede ser el presagio de la ruina.... Mi joven amigo y amiga, recuerda Jeremías 45:5: "¿Quieres pedir para ti algo extraordinario? Pues no lo pidas, porque voy a enviar calamidades sobre toda la humanidad. Pero al menos permitiré que conserves tu vida dondequiera que vayas. Yo, el Señor, lo afirmo" (Versión 'Dios Habla Hoy').

Estás en la cubierta del TITANIC. Olvida las fiestas, la sala de baile, la sala de 'disco' y el resto de las salas. Es el momento de ir al bote salvavidas, y también de intentar llevar allí a alguien más contigo. Hoy son Buenas Nuevas. Mañana puede ser demasiado tarde.  (R.J.Wieland)

(Selección, D.A.)